miércoles, 8 de septiembre de 2021

Huellas y nostalgias de lo absoluto en Karl Marx

 Pensamiento 

Surge de una situación concreta: el hombre se encuentra frente a problemas nuevos, exclusivos, que no se hablan planteado nunca con tal radicalidad en la historia. Los cambios introducidos por los descubrimientos científicos, el dominio cada vez mayor sobre la naturaleza, el poderla de la energía atómica (podría decirse de la amenaza atómica), la conquista del espacio, las crisis políticas y los conflictos sociales, el despertar de los pueblos colonizados, el hecho consumado de dos guerras trágicas y sobre todo el peligro de una tercera, conmueven las entrañas del mundo contemporáneo. Tomamos conciencia de la precariedad de las estructuras que nos sustentan y de la vertiginosidad con que se operan las transformaciones dando espacio a una trascendencia coherente. 

Libertad y trascendencia en el hombre

Libertad y trascendencia encontrarán su máxima significación en la historia, más aún, es posible afirmar que de ésta reciben toda su significación. Pero marxismo y cristianismo encuentran en ellas motivo de profundos desencuentros. Veremos que también de grandes coincidencias. Sobre todo, el hombre de hoy experimenta la imposibilidad de abarcar en un sistema completo y definitivo, la realidad, la historia y el pensamiento que él mismo ha creado.

La perspectiva cristiana de hombre, considerado como ser libre y en relación con una trascendencia absoluta, proporciona una imagen histórica del mimo, que en nuestros días inicia una ruptura con la tradición inmediatamente anterior, presentándose como la exigencia de una renovación teológica. Es importante tener en cuenta esto, porque las críticas a la religión de Feuerbach y Marx están dirigidas contra la institucionalización alienante de la fe religiosa, y con estas críticas están de acuerdo incluso algunos cristianos. Pero el hecho de que soplen vientos de renovación, funda la posibilidad de interpretar la libertad religiosa desde otra perspectiva más original y profunda. El descubrimiento esencial de Marx es haber comprendido el significado histórico de la alienación y haber encontrado en los actos humanos que se hallaba aparentemente suspendido sobre las cosas y las situaciones históricas, mostrando al hombre la posibilidad de retomar su propio destino. 



Marxismo y cristianismo

Nos brindan dos concepciones optimistas de la. historia. En el primer caso, el hombre debe luchar en el presente soñando con un futuro venturoso; en el segundo, el hombre se realiza como tal dentro de la historia, si bien no puede actualizar en ella todo su ser. Para el marxismo, la libertad del hombre es el comienzo de la historia; para el cristianismo, la posibilidad de su totalización se da con el fin de la historia. En ambos casos, el hombre no es todavía el que debe ser. Por eso se plantean problemas no sólo teóricos sino también prácticos para resolver, y se ve la necesidad de no desperdiciar los numerosos puntos de contacto que ha descubierto el diálogo.

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